David es uno de los guitarras de Inner Turbulence y disfruta tanto ejecutando alucinantes solos de guitarra como creando espléndidos relatos y artículos en su web personal. Acaba de colgar su particular crónica del concierto del pasado sábado, y nos disponemos a reproducir algunos de sus párrafos.
En el local, con calma ya que contábamos con tiempo más que suficiente, fuimos desmontando todo el equipo. El gran Óscar consiguió una furgo en la que nos cupo todo el material, así que con sólo un viaje era suficiente para transportar todo el aparataje.
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Montamos todo con tranquilidad, aún restaban dos horas y pico con todo preparado. Tomamos unos chismes, conversamos, Fernan recibió halagos por parte de la camarera por el cartel (para que luego digas de las cajeras de Eroski),… lo típico que se puede ir sucediendo en una espera.
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Primera alarma: la mesa de voces soltaba un pulso regular, y el micro de Mary no se oía. Con la ayuda de Eder y Óscar resolvimos la incidencia, una conexión en mal estado. Empezamos a tocar el tema de prueba, «Libertad Condicional», descartado del repertorio por estar en fase de retoque… y a Fernan no se le oía. Tardamos en descubrir que el culpable era un jack; y encima, nuevecito. Se cambió, y todo en orden.
Empezamos el concierto. Abrimos con la intro: sencilla, corta y contundente, que se encamina hacia un Re colgado. «Gabon guztioi, buenas noches a todos; somos Inner Turbulence y hemos venido a «Atacar y Ganar». El sonido es brutal, ni en Villambistia me oía tan bien. El segundo tema, «The same shit», llegó con fuerza y con un pequeño derrapaje de mis dedos en el comienzo del solo. Llega el turno de «Paranoid», la primera de unas cuantas versiones del repertorio; y de repente se me baja un montón el volumen. Acabamos la canción, y hago un chequeo; el mismo problema que Fernan, pero al menos era un jack más viejo.
Continuamos con «In Morrows name», todo un temazo con unos cuantos cambios melódicos y rítmicos. La gente aplaude, lo está pasando bien; lo que no quita el tembleque nervioso de mi pierna derecha cada vez que activo el pedal de expresión. Sí, me pongo muy cardíaco; y fumo la vida misma, lo sé, pero la ansiedad me puede.
Primera versión friki de la noche: el momento de «Derroche», de Ana Belén, pasada por el tamiz de los Inner y sorprendiendo a buena parte de la audiencia. Después, mientras Fernan y Mary comienzan «Su silencio» aprovecho para hacer un tutorial de cómo liar un cigarro; y una vez que Valen y yo ya hemos entrado en la canción, se me acerca el susodicho «encargado» (sí, en medio de la canción y tocando) y me dice que veinte minutos y cortemos. Perplejo, si no llevábamos nada…
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Como el tema lo empalmamos con la versión de «Children of the Damned» de los Maiden aguardé a concluirlo para transmitir el mensaje al resto del grupo. Ni qué decir tiene que nos llenó de rabia (en mi caso me quitó todos los nervios, así que no sé si tendrá algo positivo). Veinte minutos equivalían a tres temas más; así que decidimos ejecutar dos versiones y un tema propio: «I Surrender» (Rainbow), «Maldito sea tu nombre» (Ángeles del Infierno) y «El Camino». Mary comentó al público que íbamos a cortar drásticamente el repertorio por causas ajenas a nuestra voluntad, a lo que la gente respondió con gritos, pitos y pidiendo más. Tuvimos la venia de concedérsenos un último tema más; y pese a que íbamos a dejar de lado temas nuestros, decidimos anunciar un medley de dos canciones que empalmamos, lo que se tradujo en diez minutos más de concierto: «Cum’on feel the noize» (según Quiet Riot) y «20 de abril» (Celtas Cortos muy innerizados).
Muchos aplausos, fotos, autógrafos (me quedé flipado), conocidos y desconocidos felicitándonos,… dejándonos un sabor agridulce de un evento que no ejecutamos tal y como teníamos planeado.
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Los corrillos fueron pasando, y llegó el momento de desmontar, cargar, vuelta al local, descargar y dejar todo mínimamente ordenado. Teníamos viandas preparadas para la hambruna que sabíamos que íbamos a tener, y las atacamos mientras desgranábamos el evento.
Y vuelta a casa; casi las seis y media. Llevaba prácticamente 24 horas despierto, y caí como un bendito.
Y éste fue mi sábado. Largo, intenso,… y con ganas de que llegue el siguiente concierto
Si queréies leer esta historia completa y otras muchas de mano del bueno de David no dudéis dejaros caer por su espacio en la red.
Completa… ¡¡y sin censuras!! Y eso que no le puse a bajar de un burro…
Estuve en el kontzertu y lo del «iluminado» (por no usar palabras mal sonantes) me pareció vergonzoso.
El bolo me pareció una pasada. Seguid así.
@Figue, muchas gracias por dejar tu comentario y por los ánimos. Nos encanta que te gustara el concierto y esperamos verte en el próximo… Más y mejor!